Las cenizas volcánicas representan una de las amenazas más serias para la aviación, ya que pueden afectar el funcionamiento de un avión de múltiples maneras. Aunque a simple vista puedan parecer inofensivas, estas partículas microscópicas pueden causar daños graves en los motores, en los sistemas de navegación y en la estructura de la aeronave.
¿Qué son las cenizas volcánicas y por qué son peligrosas?
Las cenizas volcánicas están compuestas por fragmentos de roca, minerales y vidrio pulverizado. Son altamente abrasivas y pueden permanecer en la atmósfera durante días o incluso semanas después de una erupción. A diferencia del polvo o el humo, las cenizas volcánicas no se disipan fácilmente y pueden desplazarse cientos o miles de kilómetros desde el volcán que las emitió.
Efectos de las cenizas volcánicas en los aviones
1.Daño a los motores
•El mayor riesgo ocurre cuando las cenizas entran en los motores de la aeronave. A altas temperaturas, las partículas de ceniza pueden derretirse y adherirse a las partes internas del motor, formando una capa de vidrio que puede afectar el flujo de aire y reducir la potencia del motor. En casos extremos, esto puede provocar que los motores se apaguen en pleno vuelo.
2.Reducción de la visibilidad
•Las nubes de ceniza pueden ser difíciles de detectar con radares meteorológicos, lo que hace que los pilotos no siempre puedan evitarlas a tiempo. Además, las partículas pueden rayar el parabrisas de la cabina, reduciendo la visibilidad de los pilotos.
3.Afectación de los sistemas electrónicos y de navegación
•Las partículas de ceniza pueden interferir con sensores y sistemas de navegación, lo que puede generar lecturas erróneas en los instrumentos del avión.
4.Daños en la estructura del avión
•Debido a su composición abrasiva, las cenizas pueden desgastar la pintura del fuselaje, dañar las alas y afectar los bordes de ataque, lo que compromete la aerodinámica del avión.
Casos reales de aviones afectados por cenizas volcánicas
Uno de los incidentes más famosos ocurrió en 1982, cuando un Boeing 747 de British Airways volaba cerca del volcán Galunggung, en Indonesia. La aeronave atravesó una nube de cenizas y sus cuatro motores se apagaron. Afortunadamente, la tripulación logró reiniciar los motores tras descender a una altitud más baja y el avión aterrizó sin incidentes.
Otro caso significativo ocurrió en 2010, cuando la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia provocó la cancelación de miles de vuelos en Europa debido a la gran cantidad de cenizas en la atmósfera.
Medidas de prevención y seguridad
Para evitar estos peligros, las aerolíneas y autoridades aeronáuticas toman varias medidas:
•Monitoreo constante de la actividad volcánica mediante satélites y radares especializados.
•Rutas alternativas para evitar zonas con presencia de cenizas.
•Entrenamiento a los pilotos sobre cómo actuar si el avión entra en una nube de cenizas.
Conclusión
Las cenizas volcánicas pueden ser extremadamente peligrosas para la aviación, pero gracias a la tecnología y los protocolos de seguridad, el riesgo de un incidente grave se ha reducido significativamente. Sin embargo, cuando un volcán entra en erupción, las aerolíneas y autoridades deben actuar con rapidez para evitar cualquier peligro, garantizando la seguridad de los pasajeros y las tripulaciones.